ENERO DE 1934 TERMINA EL ARMISTICIO Y SE REANUDA LA GUERRA DEL CHACO Víctor Rojas, ministro de Guerra de la Marina, comunica al comandante Estigarribia que nuestro gobierno había aceptado un arministicio con el gobierno de Bolivia que entraría a regir el día 19 de diciembre, a las 24 horas, hasta el día 30 próximo a la misma hora. Estigarribia ordenó el alto al fuego. Tuvo luego una prórroga hasta el día 6, a las 24 horas. Bolivia, a pesar de la derrota que sufriera en Campo Vía, se mantenía firme y exigente en sus negociaciones iniciadas en Montevideo, donde funcionaba la VII Conferencia Panamericana, y luego se translada a Buenos Aires. El presidente de la Delegación Paraguaya, Dr. Jerónimo Zubizarreta, firme en la defensa de nuestros derechos, sus condiciones de estadista, no daba lugar a lo que Bolivia pretendía sus derechos sobre le río Paraguay, sobre la base de los acuerdos firmados en el XIX, peero como no habían sido ratificados por el Paraguay, la Comisión de Arbitraje estaba presidida por Julio Alvarez del Vayo y ante la negativa de Paraguay de prorrogar nuevamente el armisticio se anunció que el día 7 de enero a primera hora se reanudarían las hostilidades en todo el frente. Inmediatamente, el general Estigarribia ordenó la apertura de un camino de Carayá, llamado Fortín Coronel Hermosa para llegar más rápido, acortando la distancia a Platanillos. Los bolivianos habían entregado, en su huida a los argentinos el Fortín Sorpresa viejo, sobre el río Pilcomayo y estos ni cortos ni perezosos enarbolaron la bandera Argentina, alegando que el cauce Pilcomayo, eran fronterizos entre los dos países y se negaron a entregarlos. Es entonces que el comanadante Estigarribia, sorprendido ante este hecho, comunica al ministro de Guerra y Marina. a los tres días llega al frente del presidente Eusebio Ayala, y comunica al Estado mayor y a su comandante que el gobierno inició gestiones diplomáticas para recuperar el Fortín Sorpresa, lo que luego se obtuvo, volviendo a formar parte de nuestro territorio. Tuvo destacada actuación el canciller Luis A. Riart, que se transladó a Buenos Aires. Las negociaciones fueron arduas, pero al final, gracias a la capacidad en inteligencia, logró Riart la solución definitiva del Fortín Sorpresa, sin que por ello sufra un deterioro las relaciones paraguayo-argentinas. De allí enmás, comenzaría Estigarribia a mover sus piezas para lograr la derrota total del Ejército boliviano, hasta llegar al 12 de junio de 1935. El mismo contó con la colaboración de los jefes de las distintas Divisiones, en especial la comandada por el General Nicolás Delgado y por los coroneles Rafael Franco, Eugenio Alejandrino Garay y tantos otros destacados militares, que hicieron posible llegar hasta el mismo río Parapití y las serranías del Altiplano. Diario Noticias. Asunción, lunes 31 de enero de 2000
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