Natural de San José de los Arroyos o Mandihó, como él llama a su pueblo natal reivindicando así su denominación autóctona, León Ior nacía el 11 de abril de 1937, hijo de una familia muy humilde, él es el mayor de cuatro hermanos. Su niñez no fue fácil. Si bien no le faltó el cariño de una familia pese a que crecía en el plano económico de las cosas más elementales.
A los diez años León Ior conoce la angustia de ver como llevan a su madre detenida acusada de prestar ayuda a los revolucionarios. Corría el año 1947 y la guerra civil a estaba en pleno apogeo. No pasó mucho tiempo, un mes mas o menos, cuando él mismo también es llevado a la comisaria por golpear al hijo del soplón que había hecho arrestar a su madre. Este periodo de la guerra civil del 47 representó para León un golpe tan grande que constituyó su primera percepción de la realidad a pesar de su corta edad. Después de estos acontecimientos comenzó a ver el mundo y la sociedad que lo circundaba de una manera más crítica y sin querer empezó también a buscar las causas de tantas injusticias que lo rodeaban a diario. El golpe de estado que lo llevó a Stroessner al poder lo sorprende en Asunción siendo estudiante secundario, ya por entonces militaba en las filas de estudiante democráticos. En 1955 cae preso en la Jefatura de Investigaciones donde es sometido a diversos vejámenes, fue golpeado y sumergido en la pileta de agua servida. Gracias a la intervención solidaria de un Colorado democrático, su cautiverio no duró más que días pero le sirvió para aumentar su conciencia de revolucionario que con el tiempo se convertiría en una convicción ideológica de profundas raíces filosóficas. En el año 1957 se marcha al exilio. Ya en Buenos Aires (Argentina) trabajó en diversas ocupaciones para sobrevivir y con el tiempo, y con mucho sacrificio se convierte en periodista, profesión durante muchos años. Como profesional, en el año 1973 es enviado a Moscú a cubrir un evento realizado por el Consejo Mundial de la Paz en donde asistieron 1.900 delegados de todo el mundo. Ahí los representantes de Radio Moscú le ofrecen un trabajo como periodista y locutor. Queda el ofrecimiento y su respuesta en suspenso, León duda porque eso significaba que tenia que estar muchos años alejado de su patria grande, como él llama a Latinoamérica. A su regreso a Buenos Aires se encuentra nuevamente acorralado por los fascistas, marcado por la triple "A" y por la "Operación Cóndor" para ser asesinado, se vio en la necesidad de aceptar el trabajo que le habían ofrecido en Moscú. Una vez allí, volvió a estudiar para perfeccionarse en redacción y dialéctica, convirtiéndose así en un analista político muy respetado tanto en los medios europeos como latinoamericanos. A pesar de su buena voluntad y el empeño puesto en el cumplimiento de sus tareas profesionales, al cabo de tres años fue cesanteado de Radio Moscú por sus puntos de vista que no coincidían en el plano ideológico con las autoridades de la emisora. En la imposibilidad de volver a Buenos Aires, puesto que el proceso militar aún continuaba en el poder, pide asilo en Bélgica donde se queda tres años. Allí ejerce su profesión como columnista en diferentes publicaciones en forma independiente. A pesar de que aún seguía el mismo gobierno en la Argentina, su necesidad de volver a su patria grande se convierte en obsesión y es así que en 1980 regresa a Buenos Aires donde permanece hasta la caída de la dictadura stronista. Durante los 32 años de su exilio forzoso, a pesar de haber recorrido y conocido decenas de países y culturas diversas, jamás se desprendió de sus raíces nativas. Por eso, en cuanto se entera de la caída del dictador se apresta a volver a su patria chica, el Paraguay, como él mismo también lo denomina y para gran sorpresa y satisfacción suya descubre que su pueblo natal tampoco lo había olvidado, pues cuando llega ahí sus compueblanos le brindan un cálido y emotivo recibimiento encabezado por el mismo párroco y las autoridades comunales en una misa realizada el día 19 de marzo de 1989. De esta manera, León Ior recibió la mejor corona de laureles destinada a los luchadores de la libertad y la democracia. Escritor bilingüe de novelas cortas, cuentos y obras poéticas, posee varios trabajos aún sin publicar aunque algunos de ellos han sido editados por la revista ÑEMITY de publicación asuncena. La razón de no haber podido publicar sus trabajos es de origen económico pero nunca dejo de soñar que en algún momento su pueblo pudiera conocer sus obras. Es así como después de mucho golpear puertas se encontró con otro luchador y soñador como él, Rudi Torga y mediante la colaboración desinteresada de éste es que hoy puede su país conocer esta obra, la primera de una serie de tres que tiene terminadas el autor. ("EXUMACION; El Sepulturero * Un domingo para recordar ... y otros cuentos. Vol. 1". Solapa).
OBRAS (disponibles en GUARANI RAITY: 1) EXHUMACION El Sepulturero * Un Domingo para Recordar... Y Otros Cuentos Vol. I (León Ior) 1997, 152 pgs...............................................................
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