Tras la Guerra de la Triple Alianza, siendo presidente Juan Bautista Gill, se firmó el Tratado Machaín-Yrigoyen, actuando como árbitro el presidente de Estados Unidos, Rutherford B. Hayes. Toda la región del Chaco paraguayo era pretendida por la Argentina al finalizar la guerra en 1870. Se generó un litigio sobre los límites entre los dos países, que se definió a favor del Paraguay a través del arbitraje del presidente norteamenricano Rutherford B. Hayes. Los tratados de paz y límites después de la Guerra de la Triple Alianza se firmaron primero con el imperio del Brasil, en 1872 y con el Uruguay en 1873. Con la Argentina recién el 3 de febrero de 1876, se firma el tratado entre los cancilleres del Paraguay, el Doctor Facundo Machaín y por la argentina, el doctor Bernardo de Yrigoyen. En la Argentina era presidente de la República Nicolás Avellaneda y en el Paraguay don Juan Bautista Gill. La situación era delicada pues la Argentina pretendia toda la zona occidental y el Paraguay alegaba tener derechos sobre el río Pilcomayo hasta bahia Negra. El Brasil estimulaba y apoyaba las pretensiones paraguayas y se efectuaron negociaciones concretas entre el comerciante argentino Adeodato Gonda y el ministro José Urdapilleta, por lo que se logró que la zona de arbitraje se redujera hasta el territorio situado entre los ríos Pilcomayo y Verde, por lo que automáticamente se daba reconocida a favor del Paraguay la zona del río Verde a Bahia Negra. Sobre esas condiciones se firmó en Buenos Aires el tratado, donde le cupo al canciller paraguayo doctor Facundo Machaín una labor ecomiable. En el tratado además se contemplaba la zona de litigió, designándose como arbitro al presidente de los Estados Unidos de América. Fue firmado también el restablecimiento de paz y amistad entre los dos países, teniendo como base la perfecta reciprocidad y justicia en todas sus relaciones. Se reconocía la deuda nacional muy importante por los gastos de la guerra y daños causados. La República argentina se comprometía a respetar perpetuamente la independencia, soberanía e integridad de la República del Paraguay. También se tuvo presente el comercio y la navegación de los ríos Paraguay, Paraná y Pilcomayo. El presidente de los Estados Unidos de América, Mr. Rutherford Hayes, dictó su fallo el 12 de noviembre de 1877, en vista de las exposiciones y documentos presentados por nuestra parte por Gracía y Benjamin Aceval. Decía el fallo de Rutherford Hayes: "Hago saber que yo, Rutherford B. Hayes, presidente de los Estados Unidos, debiendo tomar un veredicto, y tomando en consideración las referidas exposiciones y documentos, venga a decidir por el presente que la expresada República del Paraguay tiene legal y justo título a dicho territorio, situado entre los ríos Pilcomayo y Verde, así como la Villa Occidental comprendida dentro de él". El Paraguay toma la nueva poseción de la Villa Occidental el 14 de mayo de 1879. Al conocerse el fallo del Presidente de los Estados Unidos, el pueblo salio a las calles, no era mucho, eran los sobrevivientes de la guerra, que recibian con alegría un fallo que era justo y necesario. La primera ciudad fundada sobre el lado Occidental lleva el nombre de Hayes, en honor al presidente. Un poco más allá otra ciudad, lleva el nombre de Benjamín Aceval. Falta otra más que lleva el nombre de Facundo Machaín, gran defensor de nuestra heredad chaqueña. Diario Noticias. Asunción, viernes 4 de febrero de 2000
UNA GRAN PERDIDA PARA EL PARAGUAY EN LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA EL HEROE DE CURUPAYTY MUERE TRAS CUMPLIR UNA MISION DE ALTO RIESGO Fue el responsable de uno de los triunfos más importantes del Paraguay en la Guerra de la Triple Alianza. La batalla de Curupayty, dirigida por el general José Eduvigis Díaz, marcó un hito en la contienda, infligiendo una humillante derrota a las fuerzas aliadas. Apenas, cuatro meses después de pasar a la historia como héroe, el general Díaz murió tras cumplir una arriesgada misión que le encomendó el mariscal López. Febrero 7, 1867. Esta es una fecha ingrata para nuestro país en la Guerra de la Triple Alianza: fallecía el héroe de la batalla de Curupayty, José Eduvigis Díaz Vera. Nació en Pirayú el 17 de octubre de 1833. Fueron sus padres Juan Andrés Díaz y Dolores Vera. En 1852 se incorporó a la milicia y diez años más tarde era teniente en el batallón de la Policia. Fue ascendido a Sargento mayor y organizó el Batallón 40. Era un 7 de febrero de 1867, y a las 5 de la tarde fallece en Paso Pucú el general Díaz, héroe de Curupayty. A su lado permanentemente estuvo el mariscal López. El obispo Palacios le dio los últimos sacramentos. El general Díaz, que estaba días antes inspeccionando la posición de la escuadra brasileña, de acuerdo a una orden del mariscal, que deseaba saber con exactitud el moviiento de los barcos. En la mañana del 25 de enero con su ordenanza el sargento Cuatí, que era un indio payaguá que manejaba la canoa, tipo timotel. Era de la partida además del teniente Alvarez y el sargento Duré. En medio de los camalotes, lograron tener a la vista a la poderosa escuadra, que estaba como anclada y no muy lejos uno de otro. Permanentemente se veían soldados y jefes observando el río y no de ellos con larga vista. Se escucha claramente el idioma portugués, alguna orden que rompía el silencio escondido entre las leves olas del Paraná. De repente el buque vanguardia descarga un cañonazo sobre la cano que vuela por los aires, haciendo destrozo total. Murió en el acto el teniente Alvarez. Uno de los cascos alcanzó en la pierna del general Díaz, que fue arrastrado por las olas. Pero, allí estaba "Cuati", que le puso a Díaz sobre sus espaldas y nadando como un pez lo lleva a la orilla. Luego llegan hasta el cuartel, donde el jefe de sanidad, doctor Skiner, procede a amputarle la pierna. Parecía que se salvaría, fueron días de fiebre y agonía. El mariscal Francisco Solano López estaba a su lado, haciendo todo lo posible para salvar a su oficial más valeroso. Sin embargo, la infección aumenta y fallece el 7 de febrero en Paso Pucú. El héroe de Corrales, de Estero Bellaco, la primera batalla de Tuyutí, el 24 de mayo de 1866, donde comandó el gran operativo contra el campamanto aliado. Su valor en la defensa de Boquerón y Sauce, pero su labor más significativa fue, sin dudas, en Curupayty, el 22 de setiembre de 1866, donde demostró sus condiciones de conductor, su arrojo, su valor y especialmente su audacia. Los restos fueron traidos a Asunción, donde el pueblo lo acompañó hasta su última morada en la Recoleta. Luego sus restos fueron depositados en una urna en el Panteón de los Héroes, en 1939, juntamente con los restos de don Carlos Antonio López. Diario Noticias. Asunción, martes 8 de febrero de 2000
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