“En su primera edición deMadrd, en 1640, el Arte, y Bocabulario de la lengua guaraní, del Padre Antonio Ruiz de Montoya, formaban un solo cuerpo. De hecho, las dos obras respondían a una misma finalidad y se complementaban. Estaban dirigidas a quienes quieren hablar el guaraní y ser entendido en esa lengua. En el arte o grmática se busca desentrañar las categoriass y modos de decir del otro, constrastarlos con los propios y ejercitarse en su uso. Quien era esa gramático, cómo logró la reducción de la lengua guaraní, cómo la presentóa quienes quisieran apreder, está sucitantemente tratado enla introducción del Arte, cuya nueva edición salió a luz el año de 1993.
Para Montoya el Arte y Vocabulario se incriben en el mismo moviemient. Se decía que la es peregrina y difícil; que para aprenderla hay que escucharla de los indios pero también se necesta de alguien que ayude, aconseje y la explique, que sela pueda reducir a reglas y principios, que hay que estudiarla, que basta saberla de cualquier modosino con la perfección y elegancia; que es un don de Dios el llegar a dominarla; que la facilidad se consigue con el uso continuo de hablar y escuchar, que la lengua habilita a trabajar fructuosamente en la viña de Señor (Tgr. V-VI)
Sobre la presente edición: "El texto transcripto es el que originalmente viene en la página 101 del Arte, y Vocabulario, de la edición de Madrid de 1640, formando un solo cuerpo con la gramática.
"Los estudios de filología histórica sobre el guaraní han sido más bien escasos hasta el presente. La recuperación de una forma de guaraní antiguo enmarcado históricamente en el Paraguay jesuítico del siglo XVII, aun muchas palabras caídas en desuso y otras de su uso muy local, nos da una perspectiva en profundidad sobre lo que fue la lengua guaraní en el pasado. Los documentos escritos del siglo XVII y aun los del siglo XVIII dan testimonio de este guaraní, que podemos interpretar en gran parte gracias a la obra de Montoya. Es por ello por lo que la presente edición es enteramente fiel al texto original".
"Pero en la presente edición se han acrecentado numerosísimas llamadas remisivas a palabras castellanas que a manera de "voces ocultas" sólo figuran en el interior de las frases empleadas por Montoya, pero no como entradas autónomas. De este modo, el usuario podrá encontrar gracias a estas nuevas entradas muchas palabras que Montoya no había ordenado alfabéticamente por separado, pero que de hecho están en el interior de su obra".
"Gracias a este recurso esta edición del Vocabulario se convierte en una especie de diccionario ideológico. Véanse a este respecto las palabras: Día, Hombre, Mujer, Tiempo -para citar una pocas a modo de ejemplo- para cerciorarse de la gran riqueza del Vocabulario de Montoya, del cual no se puede decir a la ligera que carece de tal o cual término.
En la actualidad la lengua guaraní se ve forzada a expresar aspectos de la realidad que no son tradicionales. Hay lexicógrafos que se abocan a la creación de neologismos no siempre propios ni conformes a la índole de la lengua. Este Vocabulario que en su tiempo enfrentaba la necesidad de expresar nuevas realidades culturales y sociales, creó neologismo y transformó significaciones. Y Salió bastante en la tarea, probablemente porque su autor, él mismo, estaba habitado por la lengua guaraní y en ella vivía". (Tgr. XVII-XIX)
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