“En Madrid publicó el padre Antonio Ruiz de Montoya esta monumental obra lingüística , en 1639. En su versión completa, si bien con ortografía tanto guaraní como castellana actualizada. Este diccionario no se limita a dar una lista de palabras, sino que mediante frases de uso ordinarioen la comunidad guaraní, refleja la vida y modo de ser de un pueblo que acaba de ser contactado por el mundo colonial y es invitado a situarse en ese otro modo de ser que son las misiones jesuíticas.
La transcripción de ese texto, no siempre de fácil interpretación, la ha asumido con dedicación y talento la señora Friedl Grünberg”. “sacar a luz ese Tesoro en Madrid en 1639, muchos años después de que lo iniciara allá por los ños de 1612 y cuando lo ha dejado dormir por mucho tiempo, ebido a ocupaciones más perentorias y urgentes, fue un triunfo esperado contra toda esperanza. (tgr. X). Antonio Ruiz de Montoya había nacido en Lima un 13 de junio de 1585. En 1606 ingresa a la Compañía de Jesús. Sus estudios de filosofía fueron breves y rápidos Fue ordenado sacerdote en 1612, estando en camino hacia el Paraguay, donde entró el mismo año.
Son numerosos los nombres de árboles y animales de los cuales ya no tenía cómo dar su correspondecia en casstellano, pues eran propias de la ecología rioplatense, y así los suele despachar con un genérico y opaco “árbol conocido[, pajarillo conocido[, pez conocido[ o animal conocido. (tgr. XXXVII)
Después del proceso de emancipacón iniciado en 1811, durante los gobiernos dictatoriales de José Gaspar Rodríguez de Francia y Carlos Antonio López, avatres de dos guerras-la de 1868-70 contra la Triple Alianza de Argentina, Brasil y Uruguay y la de 1932-35-, las políticas adversas a la lengua guaraní, que nunca dejó, sin embargo, de ser la propia del Paraguay, relegaron cada vez más al olvido muchas de la expresiones y las palabras antiguas en perjuicio de la elegancia y del buen decir. La reedición del Tesoro no ha perdido brillo ni valor.
El pueblo guaraní, ese gran pueblo en el que vienen incluidos el Chiriguano o Guarani Occidental, en Bolivia, así como el Mbya, el Avá Guaraní y el Pái Tavyterä, en Argentina, Brasil y Paraguay mantiene en su rica diversidada de culturas espesíficas lenguas de continuas convergencias con Montoya. (tgr. XXXIX)
La provincia jesuítica del Paraguay, fundada de hecho en 1607, con el nuevo contingente llegado del Perú, tomaría como primera y determinante tarea el aprendizaje del guaraní (tgr. XII - XV)
|